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Los libros son las alfombras mágicas de la imaginación. Jorge Luis Borges

sábado, 28 de enero de 2012

Más allá de la Guerra (Carta San Valentín I)


Amada mía,
Aprovecho para escribirte aunque no sé cuándo podré despachar esta carta.

Aquí todo es diferente,  se hace muy difícil abarcar territorio, el enemigo está sembrado por doquier y nos vemos obligados a cambiar de lugar constantemente para que no nos sorprendan mientras descansamos.
Tenemos noches muy frías, durante el día llueve y como debemos movernos para que no nos tomen prisioneros, el agua de la ropa se nos filtra hasta los huesos. Las botas tampoco logran ampararnos de la humedad, los pies tienen ampollas y las medias un olor fétido.
Para protegernos, acampamos detrás de las montañas, levantamos pequeñas tiendas que nos resguardan mientras dormimos.
La comida está racionada,  tenemos hambre  y sed, muchos empezaron a toser por no poder dejar secar bien la ropa, el tiempo no nos ayuda. Además, hay muchos mosquitos, las provisiones no ha llegado.
¡Qué terrible es la guerra!, oigo mientras duermo las batallas y las voces de las vidas perdidas. Muchos compañeros han sido heridos y llevados a los hospitales de campaña, los que logren sobrevivir regresarán a sus hogares. Los que perecen en el campo de batalla, lamento contarte, lo terrible que es tener que sepultarlos en fosas comunes, no podemos cargar con los cuerpos.  Aquí prevalece la necesidad de subsistir.

¡Cuánto te extraño!, llevo aferrado a mi corazón la última carta que me enviaste. Cuando descansamos,  la leo  imaginando que estás a mi lado, ahora más que nunca necesito tus abrazos, tus besos, tu cuerpo, los deseos se confunden, pero cada día te amo más, vivo aferrado al sueño de tenerte nuevamente.
El día que nos despedimos se me desgarró el alma, verte llorar mientras subía al camión del ejército es lo más vivido que tengo grabado en mi ser, pero el deber llamaba y como buen patriota debí salir a luchar por mi país, en ese momento estaba convencido que era de cobardes no pelear por una causa, pero ahora pienso diferente, ¿sabes por qué?, porque habría tenido la posibilidad de seguir contigo.  No tuve escapatoria y ahora tampoco la tengo, cada día puede ser el último.
Una y otra vez me repito que debo sobrevivir para que estemos nuevamente juntos. Rezo a mi Dios para que me dé la posibilidad de poder conocer a nuestro hijo.
Muchas veces entre tanta muerte la siento tan cerca de mío y pienso que,  si no logro volver contigo, deberás ser fuerte para afrontar el futuro, aunque no asimilo la idea de que te enamores de otro entre el delirio de tanta balacera y cañonazos, me ahoga pensar que es algo posible.  
El presentimiento de que no saldré de este infierno me invade.

Mi superior nos recordó que mañana es San Valentín, hemos perdido la noción del tiempo.
Será imposible que tengas esta carta, pero albergo la esperanza de que algún día la leas, está llena con la ilusión por tenerte nuevamente.
Mi eterna amada, quiero que sepas que si es la última,  tiene mi alma y mi corazón enlazados con el gran amor que nos hemos profesado, más allá de la guerra, más allá de todo, nada podrá alejarme de tu alma.

Comenzaron a bombardear el campamento desde el aire, se escuchan muchos gritos, debo tomar mi puesto. Para ti y Junior _________________

**Esta carta fue encontrada junto al cuerpo del soldado y enviada de inmediato.  Su amada esposa pudo leerla el día de San Valentín. Los restos de su querido esposo no fueron a una fosa común,  los recibió un par de semanas después para darle su último adiós. Ella le dejó una carta sobre su féretro, antes de ser sepultado. **


Graciela Fioretti / Jyosti
28/01/2012
**Obra registrada**

2 comentarios:

wersi dijo...

Has relatado todo el sufrimiento de los soldados en el frente de batalla, lejos de los suyos y viviendo un infierno del que no ven una salida. Me pone la piel de gallina pensar que eso sucedió...tantas mujeres han perdido a alguno de los miembros de su familia por la maldita guerra. Emocionan las palabras del soldado, llenas de amor y ternura hacia su esposa sabiendo que le llega el final de un momento a otro. Sublime amiga. Se me puso un nudo en la garganta.

Besos.

Graciela Fioretti dijo...

Amiga, valoro mucho que siempre te hagas de una ratito para leer mis publicaciones y comentarme. Muchas gracias por ser incondicional.
Un gran abrazo

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