Cómo el pájaro espino

Nuestra vida transcurre detrás de muchos sueños,
algunos tal vez inalcanzables, pero nuestros.
Todos ellos nos permiten seguir adelante
y ante la adversidad jugarnos por completo.

Cómo el pájaro espino que desde que nace
no poseedor del más bello don del canto,
busca durante toda su vida un árbol espinoso.
Instinto que lo induce en la seducción sin par
de poder un día encontrarlo solamente para cantar.

Cuando ha logrado hallarlo su sentir regocijado
y entre espinas afiladas comienza con leve canto.
Hasta encontrar la más puntiaguda de ellas y
allí la clava en su pecho sabiendo de su agonía.

Comienza con su último canto más bello
que el de la alondra y el ruiseñor.
Un canto que envuelve su congoja ante la muerte,
sin que nada le concierna frente al fin de su existencia.

Algo desconocido lo induce a que realice tal proeza,
todos los que pueden escuchar su último canto
quedan cautivados ante la melodía más bella,
envuelta del final mortal de un ave sin igual.

Ejemplo de vida para comprometerse una vez,
entonces entregarse por completo a lo que se ambiciona,
igual que el pájaro espino enredándose en su propia muerte,
que solamente canta y canta empalado para ser escuchado.


Jyosti
10/05/2009