Llena de esperanza

A edad muy temprana armé una familia, esposo, dos hijos, parte de mi vida.
Amanece un sábado, quince de diciembre, no tengo rutina, me quedo en mi casa, hoy sin oficina.
Todo tanscurria de forma tranquila difícil pensar, nefasto ese día,
Nunca imaginé aquella noticia, que marcó mi alma, me dejó una herida.
Con calma y entereza llegué muy de prisa, en el hospital, mi hijo acostado en una camilla,
Pedían cordura, yo ya la tenía, ni por un instante pensé lo perdía.
Su padre abrumado, los nervios atados, la fatalidad tocó nuestro día,
espera y ataca nada la detiene difícil pensarla,

porque aunque vivamos, para cuando llega nada nos prepara.
Pasan los minutos, gran desesperanza con la burocracia, también la tardanza,
Aquella ambulancia que nunca llegaba.
Con gran desempeño al fin te trasladan, entraste al quirófano,

Dios estuvo allí, cerca de tu cama.
El tiempo fue eterno, mantuve la calma porque la esperanza se apostó en mi alma.
hijo te lo digo, sé que no es tu tiempo, levántate y anda.
Tanta incertidumbre, amigos que llaman,
Aún sin respuesta, están con nosotros de alguna manera.
Siempre a nuestro lado, para consolarnos con voces de aliento nunca nos dejaron,
También con sus rezos, plegarias al cielo, pidiendo la fuerza para soportar aquella tragedia.
Los días transcurren no todo fue calma,
Inducido al coma quedaste sin habla, llegado el momento hacen un intento,
algo se complica el aire no pasa y traqueotomía abrió tu garganta.
Todos los minutos que estuve a tu lado, mis manos, tus manos, nos comunicamos,
Te hablaba muy lento de recuerdos gratos,
Sé que me escuchabas pero no veías que había una lágrima.
Hijo te engendré, te tuve en mi panza y cuando naciste

sabes que te dí parte de mi alma.
Llegó navidad y tú en esa cama, terapia intensiva aún continuabas.
Armado un pesebre en aquella sala, creo desde allí te hacía la guardia.
Naciste de nuevo no tengo palabras.
Luego fin de año y también año nuevo, todo fue pasando
despertarme quiero, me parece un sueño.
Nunca estuve sola, tu hermana recuerdo estuvo a tu lado en todo momento.
Y también tu padre, cobrando las fuerzas para continuar después de la espera.
Hoy todo es pasado, regresaste a casa
Y te recuperas de forma pausada.
Agradezco a todos, familia y amigos, por estar allí
y sin condiciones llenaron de fe nuestros corazones.
Hoy hijo esta historia, queda en el recuerdo
Sé que la esperanza de mi corazón te la fui pasando y envolvió tu cuerpo.

JYOSTI
16/02/2008